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La Industria Automotriz de EU Estaba en la Mente del Votante Americano


WASHINGTON (Automoive News) — La inesperada victoria viniendo de atrás de Donald Trump sobre Hillary Clinton, señala como el estado que guarda la industria automotriz de los Estados Unidos estaba claramente en la mente del votante americano.

No nos referimos a la industria que está reportando ganancias y ventas récord después de una experiencia cercana a la muerte, sino a las decenas de plantas y decenas de miles de trabajos bien pagados que fueron despojados en los años previos a la crisis de 2008-09, dejando sólo una cáscara de lo que alguna vez fue una floreciente industria en todo Norteamérica.

Y si el presidente electo sigue con sus promesas de campaña de renegociar el TLCAN, de gravar considerablemente los vehículos importados de México y poner fin a las nuevas regulaciones, le daría una sacudida a una industria que ha estado apostando miles de millones de dólares en la producción globalizada y una mayor eficiencia de combustible.

En su discurso de victoria desde la torre Trump en Manhattan, Trump dijo que felicitó a Clinton y a su familia en su «muy, muy difícil campaña» y elogió su servicio a la nación, diciendo: "le debemos una gran deuda de gratitud."

Trump había capturado 279 votos electorales, según la Associated Press, aterrizando una ola de victorias en Estados clave como Ohio, Michigan, Florida, Carolina del norte, Wisconsin y Pennsylvania.

Los Republicanos conservan el control del Senado y La Cámara de Representantes.

Trump mostró un tono conciliador después de una campaña larga y divisiva.

"Ahora es el momento para Estados Unidos de unir las heridas dejadas por la división. Tenemos que estar juntos", dijo Trump. "A todos los republicanos, demócratas e independientes de esta nación, les digo que es hora de unirnos como un pueblo unido".

El sorpresivo triunfo de Trump en la elección desató la agitación en los mercados financieros mundiales, similares al desplome que siguió a la votación por el Brexit en el Reino Unido.

Tres índices bursátiles más importantes de Wall Street cayeron inicialmente 5 por ciento en las operaciones durante la noche, mientras que las transacciones con futuros del índice Standard & Poor's 500 estuvieron en algún momento suspendidas temporalmente.

El índice Nikkei de Japón bajó más de 900 puntos, o más del 5 por ciento.

Pero el pánico comenzó a desvanecerse cuando los inversionistas repararon en el efecto de un dólar más débil y una menor probabilidad de un alza de las tasas de interés en los Estados Unidos este año.

El discurso conciliador de triunfo también ayudó a los tranquilizar los nervios, y la promesa de la reconstrucción de la infraestructura del país también se han visto como positivo para los inversionistas del mercado.

Aún así, una caída profunda o prolongada de los mercados financieros de Estados Unidos, y la disminución de la riqueza, podría constituirse como un nuevo factor de riesgo para el mercado de automóviles de Estados Unidos, justo ahora que comenzaba a nivelarse a los niveles de los años de fuerte crecimiento.

El peso Mexicano, que había caído cuando Trump se levantó en las encuestas durante la campaña, cayó en picada a un mínimo de ocho años, antes de recuperar algunas de sus pérdidas, terminando alrededor de 8.5 por ciento más bajo. (De acuerdo a Expansión, el peso “sufrió el mayor desplome intradía de la historia. Se trata de un retroceso de casi 10% frente al cierre del martes”).

Heridas profundas

Ante una estridente multitud en Grand Rapids, Michigan, en las primeras horas del día de las elecciones, Trump invocó una visión de un sector manufacturero de Estados Unidos que ha sido perforado por las políticas desleales de comercio, que se comprometió a revisar.

"Las políticas comerciales de Hillary Clinton, del TLCAN a China, a Corea, a la Alianza Transpacífica, que por cierto es un desastre, allanaron sus fábricas, aplastaron su industria automotriz y destruyeron sus comunidades," dijo. "Y ustedes lo saben".

Reiteró su promesa de campaña de renegociar el TLCAN, diciendo que él “pondría fin” al tratado de "no recibir el trato que queremos" y negociar un "mucho mejor tratado para nuestros trabajadores y nuestras empresas."

También reiteró su promesa de campaña de imponer un impuesto de 35 por ciento en productos fabricados en México y enviados a Estados Unidos por empresas que mandan sus empleos a México. No está claro qué mecanismos jurídicos utilizaría Trump para imponer este impuesto.

La visión de Trump contrastó a la imagen pintada por el Presidente Obama en un mitin el lunes en Ann Arbor, Michigan.

"Las plantas que se cerraron cuando asumí el cargo están ahora trabajando dobles turnos ", dijo Obama a una multitud que lo vitoreaba. "La industria del automóvil tiene récords de ventas... Los empleos en las fábricas automotrices han aumentado al ritmo más rápido registrado desde los años 90, cuando otro Clinton era presidente. Creo que hemos ganado cierta credibilidad aquí."

Cambio en las prioridades

Un cambio pronunciado de sentido obligaría a un reordenamiento de las prioridades de una industria que no está lo suficientemente cómoda en su enfoque al futuro.

GM, Ford y Chrysler Fiat apenas si tienen utilidades e invierten miles de millones de dólares en nuevas tecnologías y en alianzas comerciales, con miras a capitalizar las ideas cambiantes sobre la propiedad del vehículo y sobre movilidad personal.

Las ventas de autos en los Estados Unidos están casi a niveles récord después de seis años de crecimiento continuo tras la recesión. Después de establecer un récord en el año 2015, las entregas se han deslizado un 0.3 por ciento a octubre de este año.

La recuperación constante de ventas ha permitido que los fabricantes de automóviles y proveedores reconstruyan sus nóminas de los profundos recortes de 2008-09, cuando los consumidores huían de los showrooms, las plantas eran cerradas y GM y Chrysler fueron reorganizadas bajo las directrices de bancarrota del gobierno.

El personal empleado entre los fabricantes de vehículos y sus proveedores, promediaron 926.400 empleados durante los primeros 10 meses de 2016, el nivel más alto desde 2007 según la oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos.

Los empleos entre los distribuidores de autos tanto nuevos como usados también han crecido constantemente desde el bajo nivel de la recesión, incrementándose de alrededor 1,01 millones en 2010, a casi 1,3 millones en promedio este año.

Muchos de estos empleos apoyan las exportaciones. Las exportaciones de automóviles de Estados Unidos ascendieron a unos 2 millones de vehículos el año pasado, ligeramente abajo del récord de 2,1 millones alcanzado en 2014, lo que representó un salto del 27 por ciento en comparación con 2008.

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